jueves, 26 de julio de 2012

Declaración Final del 16° Seminario Internacional Problemas de la Revolución en América Latina

Con los trabajadores y los pueblos en la lucha independiente por la revolución y el socialismo


El nuevo milenio, en América Latina, vino de mano de la lucha de los trabajadores, la juventud, los campesinos, las mujeres y los pueblos en contra de las políticas de ajuste implementadas por gobiernos al servicio de poderosos grupos oligárquicos nativos y del capital financiero imperialista. El descontento social creciente, manifiesto en movilizaciones callejeras, huelgas parciales y generales y hasta en levantamientos populares que pusieron fin a gobiernos reaccionarios y proimperialistas resquebrajó la institucionalidad burguesa y aceleró el agotamiento del modelo de acumulación capitalista en curso, monitoreado desde los centros de dominación imperialista.
El temor creció entre las élites económico-sociales, pues, el anhelo de cambio y el deseo de ser protagonistas de profundas transformaciones tomaron cuerpo en medio del pueblo. Las propuestas políticas progresistas y de izquierda, otrora miradas como desfasadas e inaplicables se abrieron paso entre las clases trabajadoras y populares.
Mientras en varios países de América Latina se mantienen gobiernos abiertamente derechistas y entregados explícitamente al imperialismo; en otros, emergieron gobiernos denominados alternativos y progresistas,  en algunos de estos,  en determinadas ocasiones se ha observado acciones de resistencia hacia políticas del imperialismo, lo que ha merecido el apoyo de los pueblos. 
Recuperando su propia experiencia política, facciones burguesas de distintos países maniobraron para aprovechar el descontento de las masas a favor de sus intereses. Aparentemente, hicieron suyos planteamientos y propuestas levantadas durante años por el movimiento popular y las organizaciones de izquierda en contra del neoliberalismo y por conquistar un desarrollo soberano, en condiciones de equidad social.
Sin embargo, la expectativa y entusiasmo de las masas con esos gobiernos que prometieron dejar atrás el pasado de oprobio y atraso chocan con la realidad cuando éstos aplican su verdadero proyecto político y entregan las riquezas naturales y en la actualidad principalmente mineras a las compañías extranjeras; cuando el endeudamiento externo persiste, aunque los capitales provengan de otros centros imperialistas; cuando se criminaliza la protesta popular; cuando se adelantan negociaciones y acuerdos de libre comercio con nombres diferentes; o, cuando la publicidad gubernamental dice más de lo que en realidad se ejecuta en el ámbito social.
No obstante que el descontento surge entre los trabajadores, la juventud, los campesinos, las mujeres y los pueblos, es un hecho que, por ahora, estos gobiernos han tenido, en cierta medida, la capacidad de neutralizar y contener la movilización social. Sin duda, eso es fruto de la capacidad de manipulación ideológico-política de las facciones burguesas que, con el apoyo del imperialismo, se encuentran en el gobierno, se debe a la ejecución de políticas asistenciales y clientelares, a la presencia de caudillos en condición de jefes de gobierno que hacen gala de la demagogia y de políticas populistas; pero, también, se debe a los límites existentes en la conciencia de las masas y a las debilidades que aún aquejan a las organizaciones revolucionarias y de izquierda.
En estas nuevas condiciones, la lucha que los trabajadores y las organizaciones revolucionarias despliegan se torna más compleja, pues, resulta relativamente más evidente para las masas enfrentar y combatir a un gobierno que se presenta abiertamente de derecha y ligado al capital extranjero, que a uno que demagógicamente dice promover el cambio y afectar los intereses de los ricos, aunque en realidad no haga más que apuntalar todo el sistema de dominación del capital, y defender los intereses de las clases dominantes criollas y del capital financiero imperialista.
Para el avance de la lucha revolucionaria de los pueblos, es fundamental desenmascarar y derrotar a estos gobiernos entreguistas, demagógicos y populistas que provocan un grave daño al desarrollo de la organización y lucha popular. En tanto gobiernos funcionales al sistema imperante, su combate se convierte en una necesidad y, de ninguna manera, una forma de hacer el juego a los intereses de otras facciones burguesas de “derecha”. La lucha de los trabajadores y los pueblos, con independencia de clase,  por conquistar la liberación social y nacional obliga combatir y derrotar a una y otra facción burguesa.
A fin de cumplir con los propósitos estratégicos que nos animan, las organizaciones, movimientos y partidos políticos comprometidos con llevar a la victoria la revolución y el socialismo debemos redoblar esfuerzos para desarrollar la conciencia política de las masas y eso es posible, sobre todo, desatando la lucha de éstas por sus particulares reivindicaciones y por banderas políticas a fin de desenmascarar la verdadera naturaleza de esos gobiernos; es vital promover una intensa y sistemática ofensiva ideológico-política de los ideales revolucionarios entre los trabajadores, la juventud, los campesinos, las mujeres y los pueblos; urge aprovechar todos los resquicios que la institucionalidad burguesa permite para el quehacer político y, aún, sobrepasar éstos; perseverar en la unidad del movimiento popular y de las organizaciones políticas de izquierda es una necesidad para aislar del movimiento social a quienes, hoy por hoy, manipulan desde el poder los anhelos de cambio de los pueblos.
Si bien, circunstancialmente, los gobiernos populistas han logrado de manera parcial frenar la lucha de las masas, lo cierto es que las condiciones materiales de vida de éstas y las limitaciones históricas de estos gobiernos les fuerzan a la protesta. Más aún, existe un escenario mundial que inevitablemente incide en todo lado y es la agudización de la crisis general del sistema capitalista que provoca la respuesta combativa de los pueblos, como se observa en nuestra región y, de manera particular en Europa, a cuya clase obrera y juventud expresamos nuestra solidaridad.
Las organizaciones asistentes a este XVI Seminario Internacional Problemas de la Revolución en América Latina, reunidas en Quito del 16 al 20 de julio, reiteramos nuestra vocación internacionalista y el compromiso de continuar luchando por la unidad y solidaridad entre los pueblos, por configurar –en medio de acciones concretas- un gran frente antiimperialista. Levantamos el derecho de los pueblos a la autodeterminación, condenamos toda forma de intervencionismo extranjero y toda acción de las clases dominantes por burlar la voluntad de los pueblos.
Las opiniones resumidas en esta Declaración, son el resultado del debate abierto y democrático producido en ese seminario. Las exponemos al mundo para conocimiento de los trabajadores, la juventud y los pueblos.
Desde Quito, Ecuador, expresamos nuestro compromiso de dar continuidad a este evento y, por ello nos convocamos al XVII Seminario Internacional para el próximo año. 
Quito, 20 de julio de 2012 
Partido Comunista Revolucionario de la Argentina
Partido Comunista Revolucionario – Brasil
Movimiento por la Constituyente Popular – Colombia
Partido Comunista de Colombia (marxista leninista)
Partido Comunista de España Marxista Leninista
Frente Democrático Nacional – Filipinas
Partido Comunista de México (marxista leninista)
Frente Popular Revolucionario – México
Partido Comunista de Palestina
Partido Comunista de Perú – Patria Roja
Partido Comunista Peruano Marxista Leninista
Coordinadora Caribeña y Latinoamericana de Puerto Rico
Partido Comunista del Trabajo de República Dominicana
Partido Comunista (bolchevique) de toda la Unión Soviética – Rusia
Movimiento Gayones – Venezuela
Movimiento Pedagógico Emancipador de Venezuela MOPEZ
Movimiento de Educación para la Emancipación de Venezuela MEPE
Corriente Sindical Marxista Leninista –Venezuela
Movimiento de Mujeres Ana Soto de Venezuela
Comité Preparatorio de Venezuela hacia el XXIII Campamento Internacional de la Juventud Antifascista y Antiimperialsta
Frente Universitario Revolucionario Socialista – Venezuela
Movimiento Socialista por la Calidad de Vida y Salud - Venezuela
Movimiento Popular Democrático – Ecuador
Juventud Revolucionaria del Ecuador
Frente Revolucionario de Izquierda Universitario
Frente Vanguardia del Magisterio
Corriente Sindical Revolucionaria
Confederación de Mujeres Ecuatorianas por el Cambio
Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador

sábado, 14 de julio de 2012

LA MUERTE DEL SOLITARIO GEORGE Y EL CIERRE DE RÍO+20



por: Edgar Isch López.

Ha muerto el Solitario George, un hecho que llama a la lamentación y a la reflexión. Por el momento en el que aconteció su muerte, parecería que es una protesta contra la burla que hay tras las últimas cumbres sobre Cambio Climático y la Río+20. Por ello, aquí no caben discursos rimbombantes, como los que los llamados líderes mundiales dan en esos grandes eventos internacionales en los que, al mismo tiempo, enfocan todo su interés en justificar la apropiación de la naturaleza en pocas manos, las mismas manos que se apropian también de la riqueza generada por el trabajo de una mayoría que muchas veces no puede siquiera comprar lo que ellos mismos producen. Lo que cabe es, por el contrario, tratar de comprender siempre que lo que obtenemos de la naturaleza no solo nos beneficia de inmediato sino que presenta otras consecuencias, lamentables a largo plazo.

Con el Solitario se concluye la extinción de una especie que, al igual que el conjunto de especies de tortugas gigantes de las Galápagos, enfrentó la cacería de los piratas, la introducción de especies extrañas como las cabras que entraron a disputarles el alimento, el uso de su grasa para iluminar calles en el Archipiélago y el Ecuador continental. No fue un proceso natural sino que la acción humana provocó la transformación del hábitat que trajo esta lamentable consecuencia. Pero alguien seguramente pensará que ello era parte del desarrollo, que se trataba de aprovechar las ventajas comparativas, que cada una de esas eran oportunidades para salir de la pobreza y no quedarse sentados sobre sacos de riqueza. El costo-beneficio fue progreso, dirá algún otro, señalando que al fin de cuentas quedan otras especies para mantener el “verde” negocio del turismo empresarial.

Y las opiniones, aunque algunas se oculten por no ser “políticamente correctas” en el momento, podrían continuar confrontándose. Porque son las opiniones contrapuestas entre quienes defienden los derechos de la naturaleza, que aplicadas a su tiempo habrían protegido a la especie del Solitario George, y las de aquellos que ahora plantean una “economía verde”, que no es más que una nueva línea de negocios de empresas capitalistas que se presentarán como incuestionables en su supuesto interés de cuidar la naturaleza. Desde allí, tal como se plantea en Río+20, se pretenderá que las transnacionales se roben el discurso ecologista así como se apropian de los bienes comunes, mientras continúen, perfeccionen y lleven a nuevos niveles técnicos la explotación de los bienes y funciones naturales transformados en recursos y servicios ambientales colocados dentro del mercado.

Desde la perspectiva de la “economía verde” impulsada desde Río+20, la muerte del Solitario solo será lamentable porque se ha perdido el “servicio ambiental” que daba al ser una atracción turística. Los economistas ambientales (que no se confunda con los economistas ecológicos), calcularán la reducción de los costos hedónicos y los costos de viaje con los que podía contabilizar ese “servicio” de la centenaria tortuga. Los publicistas habrán perdido un ícono para sus campañas publicitarias. Universidades comerciales no tardarán en comprometerse para investigar los genes y otros aspectos que les permitan publicar en revistas indexadas, subir en el ranking que algunos confunden con calidad y vender más caros sus servicios educativos. Y nos seguirán hablando de “desarrollo”, que según lectura de Daniel Paz Barreto es una palabra repetida 574 veces en el documento final de Río +20 mientras no se escribe ni una vez “áreas protegidas” y se escribe “protegidas” en dos ocasiones cuando se trata de áreas marina.

El eterno silencio de George es al mismo tiempo un grito desde las entrañas de la Tierra. Silencio que según se nos ha dicho, no impidió la relación fraterna con los guardaparques encargados de su cuidado, cuya labor nos habla también que la salida a los problemas ambientales empieza en el compromiso sincero sin el cual solo cabe caer más hondo en el hoyo de la crisis ecológica, que hay que recordar que es una expresión de la crisis general del sistema capitalista. Ellos, los funcionarios del Parque Nacional Galápagos, han demostrado y demuestran que se puede hacer ciencia atada a los más altos sentimientos humanos y que, al hacerlo, se toma partido por una convivencia entre sociedad y naturaleza.

Nada tiene esto que ver con la ciencia “apolítica”, con los análisis pretendidamente “solo técnicos” que sirven de pretexto para no avanzar en las cumbres mundiales. Esa relación fría con la naturaleza no sirve para protegerla, porque el costo-beneficio, en términos del mercado, siempre implicará explotarla con el ofrecimiento de que será en beneficio de todos, lo que en un sistema segregador como el capitalismo resulta siempre falso y cínico. Querer una sociedad nueva, que asuma también una nueva relación entre sociedad y naturaleza, implica involucrar los valores y sentimientos humanos, la acción y la organización, la propuesta y la lucha, todo sin dejarse engañar por falsas soluciones como las que hoy se engloban en el “capitalismo verde”.